Origen de Pesaj

Según Rashi, el comentarista medieval por excelencia, la festividad de Pésaj se celebraba desde los tiempos de Abraham. Cuando los ángeles visitan a Abraham y a Lot, estos ofrecen ugot y matzot, ambos panes sin levadura (Gen 18: 6; 19: 3).

Contradecir a Rashi es casi un pecado, pero esta vez solo vamos a corregir un poco su aseveración. Pésaj es una festividad que está intrínsicamente ligada al éxodo de los hijos de Israel de la esclavitud egipcia, por lo tanto, Abraham no pudo celebrar con anticipación estos eventos, aunque algunos lo afirmen, ya que según algunos comentaristas religiosos, Abraham era un naví (profeta) y sabía lo que les iba a acontecer a sus hijos y se anticipaba a celebrar estos eventos.

Pésaj es una festividad encimada sobre otra que esa si se celebraba desde tiempos inmemorables, y que sin duda, esa era la festividad que pudieron celebrar los patriarcas: Jag Aviv, Fiesta de la Primavera, o Jag haMatzot, Fiesta de los Panes sin Levadura, festividad agrícola celebrada en la tierra de Canán, ligada al comienzo de la cosecha.

Deuteronomio 16 nos aclara lo suficiente como saber que la festividad principal era celebrar el renacimiento de la primavera. Guarda el mes de la primavera…el texto no nos dice como se debería celebrar ese mes, pero de inmediato nos dice que sobre esta festividad y harás pésaj a YHVH tú Dios, porque en el mes de la primavera te sacó YHVH tú Dios de Egipto, (de) noche.

Aunque este es un texto más tardío que Exodo 12, donde se dan las reglas de pésaj en Egipto, el hecho de mencionar el mes de la primavera antes de la celebración de pésaj, nos indica que en tiempos de los reyes, cuando aparece el libro de Deuteronomio, la fiesta de la primavera tenía una primordial importancia. Fue sin duda, que con las reformas religiosas de Ezequías o de Josías, que la festividad primaveral, fue desapareciendo, y pésaj empezó a ocupar el primer lugar.

Pésaj es un sacrificio de nómadas o seminómadas, donde hay ausencia de sacerdotes y altares. Lo más importante es la víctima, tanto su carne, como su sangre. Es un animal joven que se sacrifica con el fin de obtener la fecundidad y la prosperidad del ganado. La sangre se unta sobre los palos de la tienda para alejar al mashjit (exterminador), espíritu del desierto que la tradición yavista hace suyo (Ex 12: 23), pero que para la tradición sacerdotal es el mismo YHVH (Ex 12: 13).

La víctima se come asada a fuego directo, con las propias manos, sin necesidad de utensilios, con hierbas amargas que se cortan en el desierto, pues no son verduras de hortaliza, y con matzá – pan sin levadura. Esto nos indica que la festividad de Jag haMatzot – Fiesta de los Panes sin Levadura ya existía antes de que los hijos de Israel salieran de Egipto corriendo sin que diera tiempo a que sus masas leudaran (Ex 12: 34, 39). Esto bien pudo haber sucedido como lo dicen estos dos pasukim, pero esa no es la causa por la cual los hijos de Israel tuvieran que celebrar la fiesta de los panes sin levadura, pues esta festividad ya se celebraba desde mucho antes, y no solamente los hebreos la celebraban, sino muchas otras tribus de la localidad y quizá fuera de ella.

La pascua simbolizaba el principio de un camino, o el inicio de una nueva vida. Digo esto por la forma en que debería vestirse por lo menos todo varón para el cumplimiento de este ritual: con los lomos ceñidos, con las sandalias bien puestas, y con el bordón en la mano (Ex 12: 11). Todo tenía que ser hecho de una manera apresurada, como para salir a un viaje.

Exodo 12: 6, de corte sacerdotal, y Ezequiel 45: 21 nos dicen que es la fecha del día 14 del mes de la primavera, cuando debería llevarse a cabo el sacrificio. Por supuesto, Ezequiel ya liga a la pascua con el templo, y a los siete días de los panes sin levadura, les llama pascua. Por otra parte, el libro del Exodo ordena celebrar los panes sin levadura en el mes de la primavera, porque en el mes de la primavera sucedió el yetziat Mitzrayim – la salida de Israel de Egipto (Ex 34: 18). Como podemos ver, estos dos festivales se entrelazan, y terminan uniéndose en uno solo.

Con estos datos se confirma que lo que más tarde se conoció con el nombre de Pésaj, era un rito premosaico, en honor a la primavera, un rito pagano, pero que a la luz de los acontecimientos de la liberación de los esclavos en Egipto, tomó un sentido diferente al original que los redactores del éxodo fueron acomodando, no sin tomar en cuenta los intereses de los reyes.

Moshé fue explícito con faraón al decir: Así ha dicho YHVH Dios de Israel, envía a mi pueblo y me celebrará fiesta en el desierto…iremos pues ahora, camino de tres días por el desierto, y sacrificaremos a YHVH nuestro Dios (Ex 5: 1, 3). Esto nos demuestra que Moshé ben Amram conocía bien este festival. Un festival de desierto, en el plenilunio de primavera, a la luz de la luna.

Moshé rescata a la familia en el centro del sacrificio. Con nuestros jóvenes; con nuestros ancianos; con nuestros hijos y con nuestras hijas; con nuestras ovejas y con nuestras vacas hemos de ir, porque fiesta para YHVH, es para nosotros (Ex 10: 9). La familia en general debería no solo ir, sino disfrutar de la festividad, pero además compartir de la misma. Específicamente sobre el cordero se estableció que si la familia no podía comer totalmente la víctima de la pascua, debería invitar a la familia vecina, pero no así a algún extraño que no cumpliera con el rito de la circuncisión, rito por el cual se eleva a la igualdad social y religiosa, aceptando como hermano a quien cumpliera con este requisito (Ex 12: 43 – 49).

Este es uno de los textos que nos hablan de conversiones. El primer pasuk se menciona en el libro del Génesis 17: 12 – 13), solo que ahí se tomaban en cuenta únicamente a los comprados de los extranjeros, es decir, los que eran considerados esclavos de Abraham, quienes con la circuncisión los elevó a miembros de su propia familia. En la circuncisión mosaica se admite a todo extranjero que quisiera pertenecer al pueblo de Israel.

Volviendo al movimiento de liberación de los esclavos tanto hebreos como de otras etnias, vemos que el pretexto para salir de Egipto, era ir al desierto a celebrar la fiesta. Para el rey de Egipto, esto era una osadía, pues el creía que las intenciones eran otras. Es por ello que recomendó a Moshé y a Aarón celebrar dicho festival en el país, sin tener la necesidad de salir. Pero Moshé le contestó: No está bien hacer así, pues la abominación de Egipto vamos a sacrificar a YHVH nuestro Dios (Ex 8: 22).

La abominación de Egipto, era un dios egipcio. El movimiento de liberación de los esclavos incluía hacer juicios a los dioses egipcios (Ex 12: 12). Knum era un dios representado por un cordero. Además en ese momento era el cordero el que encabezaba el zodiaco. El sacrificio de un cordero debería ser a los ojos de los egipcios un sacrilegio, pues era darle muerte a uno de sus principales dioses. La reacción no se dejaría esperar como el mismo Moshé se lo dijo a faraón: los egipcios nos van a apedrear.

Pero la Casa Grande (eso significa originalmente Fharó), no permitió que los esclavos salieran. Entonces Moshé tomó otras medidas. En el capítulo 12 del libro del Exodo, se dan órdenes que cambiarían el curso de la historia de Egipto y de sus esclavos. El cordero debería permanecer amarrado públicamente durante cuatro días. En el día 14 después del medio día, a media tarde (entre las dos tardes), todas las familias hebreas deberían sacrificar su cordero y asarlo. Esto se hizo con el fin de provocar miedo en los egipcios, pues al ver morir a su dios, y ser comido por los hebreos, era una forma eficaz de ir minando el ánimo de los egipcios y de su gobierno.

Esto cambia el sentido original del sacrificio primaveral. Pésaj es un grito en contra de la idolatría opresora. Los dioses están al servicio de los gobiernos y de los poderosos que les permiten justificar la explotación de los seres humanos más indefensos al grado tal de borrarles de sus mentes su personalidad. Hay quienes miden en grados la esclavitud, y apuntan que los Beney Israel habían llegado al grado 49, que un grado más, la esclavitud hubiera sido irreversible.

El que el cordero, el dios Knum, hubiera sido aprisionado, asado y comido, tuvo una gran influencia sicológica tanto para los egipcios, como para los hebreos. A los primeros les infundió miedo, y a los segundos les infundió valor y esperanza en su proceso de liberación.

Otro de los cambios es que el sacrificio primaveral que debería llevarse a cabo en el desierto, el sacrificio pascual, que ya lleva este nombre, debido a que YHVH mismo iba a brincar las casas donde la familia hubiera untado la sangre del cordero sobre los dinteles y los lados de las puertas, se comería dentro de las casas (Ex 12: 13, 22). Lo que se conserva del sacrificio primaveral, es que éste sigue siendo un sacrificio familiar, sin sacerdotes, ni altar alguno. Es uno de los sacrificios más antiguos de que se tenga conocimiento alguno, y que existen prácticas paralelas en Mesopotamia, lo mismo que en Grecia y Roma.

Este rito nada tiene que ver con los ritos y sacrificios que se instauraron más tarde en el Templo de Jerusalem con el fin de mantener la kehuná – el sacerdocio. Nada tiene que ver con el perdón de pecados, o cosas similares. Era ante todo un sacrificio en honor a la libertad física y anímica de un pueblo esclavizado, y que con ello recobraron su libertad. De ahí la importancia de este festival que encabeza la historia de Israel, en todos sus escritos sagrados. La Torá, los profetas, los escritos sapienciales, todos ellos alaban este hecho asociado con la salida de los hijos de Israel de la esclavitud egipcia.

A ello se adhiere el festival de los panes sin levadura – Jag haMatzot. No se sabe a ciencia cierta cuando se fundieron las dos fiestas. Lo más probable que haya sido durante las reformas religiosas o de Ezequías, o de Josías.

El investigador bíblico Eichrodt dice que la fiesta de los panes sin levadura era un festival propio de las tribus del norte, porque está relacionada con la vida agrícola de dichas tribus, y que el sacrificio del cordero era propio de las tribus del sur, por su dedicación a la vida pastoril. Pero es solo una opinión más entre muchas otras.

Este proceso de confluencia se llevó siglos de trabajos hasta ser completado durante el período de la Misná, en el final de la segunda o en el principio de la tercera centuria de la era común.

Flavius Yosefus, historiador judío que vivió en la primera centuria de la era común, llamó a esta festividad La Fiesta de las Matzot, la cual es Pascua, posiblemente para darnos a entender que este último era un nombre popular, pero que carecía de una exacta adscripción a dicha festividad.

Los reyes reformadores religiosos, hicieron de pésaj y de jag hamatzot un festival en torno al templo de Jerusalem con el fin de unir a las tribus que de por si, cada una tenía cierta independencia. Un Dios, un Templo, un pueblo y un solo rey, fueron las ideas de los reformadores, que incluso Josías, llevó su reforma a grados muy elevados de intolerancia, asesinando a quienes no se unieran a la nueva idea religiosa. Pésaj se convirtió en una fiesta de peregrinación al igual que Shavuot y Sucot, quitándoles su carácter agrícola, dejando tan solo las donaciones y diezmos que deberían llevar al Templo para la manutención de los sacerdotes.

La celebración de esta y de los demás festivales en el Templo, sobre todo de las fiestas ligadas a la agricultura en Israel, tienen un carácter mágico sobre la seguridad física como pueblo: arrojar a los habitantes de la tierra a conquistar, ensanchar geográficamente el territorio, y evitar la codicia de los pueblos sobre las propiedades particulares y como pueblo, si asistían en peregrinación a Jerusalem (Ex 34: 24). Ley escrita y puesta en vigor en torno a la centralización del templo de Jerusalem por Ezequías (2º Reyes 18: 22).

Con la destrucción del último templo de YHVH en Jerusalem por los romanos, la idea de Pésaj como una fiesta de templo instaurada por los reyes, fue seguida por los rabinos. Los rabinos han dicho que no debemos comer el cordero asado porque no hay templo; incluso se dice que lo que ahora hacemos es solo un recordatorio de pésaj, pero no pésaj en sí.

Pésaj es la fiesta más difícil. Los mismos rabinos la han llenado de preceptos halájicos que desde días anteriores hay que empezar a limpiar la casa, limpiar o cambiar bajillas, a manera de que no se vea jametz (levadura) en ninguna casa judía. Pero Bedikat Jametz no es solamente limpiar la casa de levadura y cosas parecidas, sino que es un rito que hay que cumplir. Cuando la levadura es bastante, se vende a no judíos para evitar su despilfarro.

Debe haber un genuino interés por los judíos pobres. Desde Purim se exige de los pudientes enviar donativos suficientes a manera de que los pobres no tan solo tengan un buen seder de Pésaj, sino comida más que suficiente y ropa festiva para toda la semana. Ante esto, el pobre no deberá sentir vergüenza de solicitar donativos para tener una buena fiesta. Es uno de sus derechos, pues ningún ritual deberá suplir a la tzedaká- la justicia hacia los más necesitados. Es necesario estar preparado para enviar donaciones a los pobres de nuestra comunidad. En tiempos del templo se invitaba a los levitas y sacerdotes, que eran los maestros de la comunidad, a participar de la fiesta, o de enviarles porciones suficientes para ellos y sus familias.

Esas leyes siguen estando en vigor, pues ningún sistema de gobierno ha hecho todavía algo para redimir a los pobres completamente. Solo Maimónides escribió sus ocho grados de caridad, donde el último grado dice que es ayudar al pobre a manera de que se valga por sí mismo y no siga dependiendo de la caridad de los demás.

La libertad y la prosperidad de un pueblo se mide por la cantidad de pobres que vivan de la caridad de los demás.

El Templo de Jerusalem