Shminí Atzeret y Simjat Torá

En Tierra de Israel Shminí Atzeret y Simjat Torá son festejadas el mismo día, en la diáspora, al concluir Sucot se festeja Shminí Atzeret, y al día siguiente Simjat Torá.

Las leyes y el carácter de Sheminí Atzeret son diferentes de las de Sucot. En épocas del Beit HaMikdash la distinguían seis señales:

elección de la familia de cohanim para realizar el único sacrificio particular de la jornada;
recitación de Shehejeianu, por ser una nueva fiesta;
mencionar en la Tefilá este día como diferente a los Regalim y por lo tanto tampoco cumplir las mitzvot del Reguel;
ofrenda especial del jag;
un mizmor diferente se recitaba en honor a este día;
se bendecía al rey de Israel / Yehudá.


Sucot posee tres mitzvot características singulares, de las cuales sólo comparte una con Sheminí Atzeret, que son:

Morar en sucá;
Arbaat HaMinim;
Vesamajta bejagueja - la obligación de estar felices.
Es la última de las mencionadas también mitzvá para Sheminí Atzeret.



En esta festividad realizamos la plegaria por la lluvia (para Eretz Israel), porque es la ocasión en la cual el mundo es juzgado en lo que refiere a las aguas. Por esto el jazán se viste con el Kitel, al igual que en los Iamim Noraim, y entona la invocación con una música profunda y sentida, pues, continuamos en juicio.

Y a partir de este día y hasta Pesaj, en la Amidá se intercala: "Mashiv haruaj umorid hagueshem" - "El que hace que el viento sople y la lluvia caiga"; expresión del deseo de que el año sea bendecido por H', para que posea la irrigación suficiente como para preservar al pueblo de hambre, pestes, dolores, etc.



Por su parte, cuando celebramos Simjat Torá - "La alegría de la Torá", sea conjuntamente con Sheminí Atzeret o el día posterior, estamos celebrando la conclusión de la lectura anual de la Torá y su inmediato reinicio.

El nombre de esta festividad no se halla en la Torá, tampoco en el Talmud, recién el Zohar (Pinjás 256b) la menciona.

Es que, en épocas bíblicas aún no existía la costumbre actual de lectura de Torá semanal y con un ciclo anual.

Es más, miles de años después de que la Torá estuviera en medio de Israel, las costumbres en Eretz Israel y en Babel eran diferentes en este aspecto.

En nuestra Patria la costumbre era hacer un ciclo trienal, es decir, que Simjat Torá se festejaba cada tres años, puesto que las parashot eran leídas en este período.

En Babilonia, por su parte, se fundó la costumbre que nosotros (mayoritariamente) seguimos en la actualidad, la de cincuenta y cuatro parashot para ser leídas semanalmente, siendo finalizada y reiniciada la lectura cada año.



Podríamos preguntar, ¿por qué precisamente se la llama Simjat Torá?

Una de las posibles respuestas, es porque reconocemos que la Sabiduría contenida en la Torá es permanente, que nunca se acaba. Pues ni bien concluimos de conocerla, inmediatamente podemos encontrar que aún queda por estudiar. Y así, recomenzamos felices, sabiendo que lo que es meritorio y valioso es el esfuerzo sincero por estudiar y superarse, y no llegar a la conclusión final de algo tan inmenso como la Torá.
Otra razón, al igual que la Torá es in-finita (sin fin), el Pueblo de Israel tiene la oportunidad de no conocer límites y ser numeroso y útil a la humanidad. ¿Por qué? Pues, porque lo que dio origen y primera fisonomía al Pueblo fue esta Torá infinita. Y de "Madre" infinita, ¿hijos limitados?

Y una tercera opción. Al igual que el ciclo de la Naturaleza obtendrá su recambio y sustento con el período de lluvias que auguramos comience, la fertilidad moral y física del Pueblo se sostiene en la "lluvia" proveniente de las enseñanzas de la Torá. No en vano la Torá es comúnmente identificada con agua.

El Templo de Jerusalem