AYUNO DE IOM KIPUR

A posteriori de Rosh Hashaná, transcurriendo los diez días de penitencia y en vísperas de Iom Kipur cabe el deber por una profunda meditación cual clama a la puerta del corazón. El día de la expiación en donde el ayuno, la oración y la penitencia denotan su santidad y solemnidad marcan la culminación de una posibilidad elevativa llegando a conformar el día más trascendente del calendario hebreo. El ayuno y la abstención de todo placer físico por espacio de 25 horas trasladan una expresión externa de completa sumisión al dominio del espíritu. En un día cual se está cerca del Trono Celestial para solicitar el perdón no existe nada tétrico o lúgubre, por el contrario, es una instancia radiante que asegura la absolución si la resolución de abandonar el sendero equívoco resulta consecuente. La trasgresión se origina a sazón de complacer apetitos materiales; El ayuno es considerado como de ayuda inapreciable en el proceso de ruptura con el pecado cuando se es acompañado por el arrepentimiento, = La Teshubá. Si esta actitud está ausente, si la forma de vida que desafía las obligaciones Divinas persiste, no puede corresponder la expiación cuanto como la absolución. Deber es entonces aprovechar en su máxima dimensión estos trascendentales días cual eximia oportunidad nos convoca y para todo el año iniciado. ¡¡GUEMER H´ATIMA TOBÁ!!

El Templo de Jerusalem