Los Cristianos no son ni judíos ni israelitas solo "cristianos"

La religión cristiana está basada en numerosos mitos paganos, de diversas regiones del mundo antiguo, en particular de las idolátricas provincias del Próximo Oriente. Realmente NO tiene raíces en el judaísmo, ni remotamente cercanía con la Torá o la Palabra del Uno y Único Dios.

Según sabemos el cristianismo es directo descendiente de Roma, es decir de Edom, es decir de Esav/Esaú, el rebelde, taimado y perverso hermano del santo patriarca judío Iaacov.
Como ya hemos demostrado en otras ocasiones desde Pablo el hereje de Tarso en adelante, todos los idólatras misioneros actuaron como copia fiel de su ancestro Esaú, en prácticas, costumbres y manipulación de la emotividad. (Atención que hablo de los misioneros, no de las buenas personas cristianas, que están lejanas del Eterno por ignorancia, no por rebeldía o maldad. El espíritu del cristiano honesto, es decir, no que no es misionero, también es prisionero de las nefastas maniobras y chantajes de Edom y sus descendientes. Debemos saberlo para amar a nuestro prójimo cristiano, darle una mano para liberarlo de las doctrinas de opresión que nublan su entendimiento y fatigan su alma.)

Así pues, es un atentado espiritual e intelectual decir que los cristianos son Efraimitas, ya que no tienen ni una partícula de sangre israelita, ni antecedentes espirituales o históricos que los conecten con la sagrada nación de Israel.
Ciertamente que algunas almas desgraciadas judías buscaron con anhelo la perdición espiritual y se enrolaron en las filas de las iglesias. Esa gente de origen judío, no tiene un espíritu judío ni parte en el Mundo Venidero, por supuesto como les corresponde a todos los apikorsim.
Por otra parte, hubo algunos miles de personas judías amenazadas o extorsionadas o engañadas que abrazaron tristemente el cristianismo, tal como es conocido que ocurriera en épocas de los poco santos reyes católicos de España. Ésta gente guardó su raíz espiritual judía, pero no la heredaron a sus hijos, en tanto y en cuanto éstos nacieron de madres gentiles.

Por donde se lo vea, la persona que es consciente, conocedora y fiel a Dios, JAMÁS dirá que los cristianos son efraimitas, descendientes de israelita, o sus herederos.
Pues el cristianismo es descendencia de Edom/Esaú, y si bien algunos pocos de miles de judíos en dos mil años se sumaron a las iglesias, éstos no eran efraimitas, sino judíos, que abandonaron la luminosa nave del judaísmo para naufragar en la inhóspita caldera de la idolatría.

Sabemos que existen tretas de los misioneros que incluyen hacer creer que el cristianismo es parte de la sagrada simiente de Israel, que son efraimitas, pero eso no es más que otra taimada trampa de los enemigos de Dios para hacer caer a los ingenuos.

Usted, persona del alias que se hace pasar por judía, así como el resto de los gentiles tienen su propio pacto eterno con Dios, que es el camino del noajísmo.
Sígalo, lejos de engaños, estratagemas, mentiras, usurpaciones y otras imposturas típicas de Esav y sus descendientes físicos y espirituales.
Abrace el noajísmo, para que viva en paz en Este Mundo y se regocije eternamente en el Mundo Venidero.

Deje de lado la corrupción de la religión, el opio que corroe el alma y trastorna a la sociedad.
Deje esos dogmas letales para sumir su identidad de fiel a Dios, como le corresponde, como noájida.

Ayudemos entre todos a hacer un mundo de verdad, de paz, de justicia, de misericordia. Cosa que se conseguirá cuando la idolatría sea un recuedo del pasado, y no una espina ponzoñosa que corroe y corrompe el alma personal y de la sociedad.

El Templo de Jerusalem