El Sacerdocio

Gen de la Kehuná, un linaje familiar de mas de 3000 años sin interrupción, avalado por la ciencia.

Como es sabido, cuando salió el pueblo israelita de Egipto, el único hombre de la tribu de Leví que fue coronado con el titulo de Cohen (sacerdote) fue Aharón, el hermano de Moshé Rabenu. El resto de los hijos de la tribu de Leví, entre ellos Moshe, quedaron como Levitas. En el mandamiento divino con el cual nombró Gran Sacerdote a Aharón fue dicho que también los hijos y los hijos de los hijos a lo largo de todas las generaciones serán sacerdotes (para el trabajo en el templo) pasando el sacerdocio de padre a hijo y no a hija. Por ejemplo, una hija de un Cohen que se casa con un hombre que no lo es, sus hijos no son cohanim. El motivo para esto es, sin duda, espiritual en su esencia, como todos los preceptos de la Torá.

Sin embargo no hay que dejar de lado el trabajo de los investigadores genéticos, proveniente de una investigación científica internacional que trata sobre los Cohanim de nuestra época, a través del orden y el permiso del Profesor Karl Skortzky, director del departamento de Biología molecular de la facultad de medicina del Tejnion, reconocida universidad de Jaifa, Israel, y del departamento de nefrología del Centro Médico Maimonides de la misma ciudad, en conjunto con conocidos científicos de Estados Unidos e Inglaterra como el Dr. D. Goldstein de la Universidad de Oxford o el Dr. G. Bardman de la Universidad de London entre otros. Uno de los descubrimientos de esta investigación genética que duró varios años fue que en los cohanim sin diferencia de nacionalidad ni raza, esto es, ingleses, tunecinos, canadienses, rusos, teimaníes (judíos yemenitas), Ashkenazim (provenientes de Europa occidental) y Sefaradim (provenientes del oriente), se encuentra un gen asociado con su ADN, con una aparición muy alta que no hay tal en ningún otro sector de la humanidad.

Se confirmó que entre el 70% y 80% de los cohanim llevan ese gen, que en otros judíos que no son cohanim o entre los no judíos se puede encontrar en un 5% solamente. Este gen atestigua sin duda, según los científicos, que todos los cohanim sin diferencia de lugar de procedencia, provienen de una misma familia, descendientes de un solo hombre que es el padre de la familia que vivió antes de la separación de los judíos entre Ashkenazim y Sefaradim (separación que tuvo lugar hace más de mil años).

Lo interesante de todo esto es que el gen en cuestión pasa solamente de padre a hijo y no a hija, por cuanto que el gen se encuentra solamente en el cromosoma Y de los hombres (cromosoma que determina el sexo; Y para los hombres y X para las mujeres).

Y es por esta misma razón que los nietos que son solamente hijos (varones) de hijos, llevan con ellos el gen que atestigua la procedencia de la familia de los Cohanim. Como si esto fuera poco, se esclareció que por medio de unas investigaciones es posible averiguar cuántas generaciones pasaron desde aquel padre de la familia dueño del gen original hasta ahora. Los investigadores llegaron a la conclusión que pasaron aproximadamente 106 generaciones desde el poseedor del gen original hasta ahora. Para saber de cuántos años estamos hablando hay que multiplicar la cantidad de generaciones por el número de años de cada generación. (Generación no es un numero fijo, ya que un cohen nació de su padre de 20 años y otro de su padre de 40 años, etc., por esta razón se acostumbra, como es sabido, calcular 30 años promedio por generación). Por lo tanto 106 generaciones multiplicado por 30 años son igual a 3180 años que pasaron desde aquel gen original.

La época en la que el pueblo de Israel salió de Egipto, época en la que Aharon el Cohen todavía estaba vivo, fue hace un poco más de 3300 años. La cuenta promedio de los científicos dió casi exacto con la época en la cual vivía Aharon el Cohen. El Dr. Abraham Amar, director del departamento de investigación de Ein Keren, Israel, quien escribió una nota con relación a esta, termino con la siguiente frase: "El que se niega a creer en la tradición del pueblo de Israel, se ve obligado a bajar la cabeza delante de las demostraciones científicas sobre la verdad y la creencia de la Torá, que fue trasmitida con precisión de generación en generación".

El Templo de Jerusalem