Libre albedrío

Todo esta previsto, pero nos fue dado el libre albedrío. El mundo es juzgado con bondad, y todo es de acuerdo a la mayoría de los actos. Pirké Abot (3, 19)

Nuestra Mishna empieza estableciendo “Toda cosa esta prevista”, significando que Di-s sabe de antemano cada evento que ocurrirá en este mundo. Esta luego continua, “el libre albedrío nos fue dado y el hombre tiene libertad para actuar como elige.

La pregunta formulada por Maimonides y otros pensadores es la siguiente:

Si Di-s sabe el futuro y cada acto que haremos por el resto de nuestras vidas, ¿Tenemos verdaderamente libre albedrío? ¿Tenemos realmente la elección sobre nuestro comportamiento?

Es sabido que trasgrediré cierto precepto en un determinado tiempo y espacio. Y si es así, ¿hay alguna manera posible de evitarlo? ¡Voy a hacerlo! ¡Di-s ya lo sabe! ¡No hay una manera humanamente posible de alterar el futuro que esta predeterminado! Y así, ¿no es mi vida meramente un ejercicio sin significado, una ejecución de un guión ya escrito y predeterminado?

La pregunta va más allá aún, si no tengo ningún control real sobre las acciones que haré, ¿cómo puedo ser responsable por ellas? ¡No tengo elección, literalmente! Y si mi destino está fuera de mis manos, cómo puede Di-s juzgarme por mis acciones?.

Maimonides en su Mishne Torá (Hiljot Teshuba 5:5), cuando discute esta aparente contradicción entre el libre albedrío y el conocimiento divino, comienza estableciendo que esta cuestión es “más extensa que la tierra y más amplia que el mar”, y que “muchas verdades fundamentales dependen de esto”. Luego explica lo siguiente: “El conocimiento divino no es externo a Él, como lo es en los hombres. Y, así como el hombre no puede comprender la esencia divina, él no puede comprender el conocimiento de Di-s. Por ende, está más allá de nuestro entendimiento como Di-s es consciente de un futuro indeterminado.

Su conciencia esta lejos de nuestro Universo como Di-s mismo y entonces de ninguna manera impactan en la realidad de nuestro libre albedrío. Así, nosotros verdaderamente decidimos sobre nuestros futuros. El conocimiento divino acerca de nuestras eventuales decisiones está tan lejano de nuestra realidad como Di-s mismo. Y en consecuencia, por lo que al universo se refiere, el futuro está aún ampliamente abierto.

Muchos pensadores contemporáneos han relacionado el enfoque de Maimonides con nuestro conocimiento de la Teoría de la Relatividad de Einstein. El tiempo como lo conocemos es relativo; no es una constante. Es un invento de Di-s así como lo son el espacio y la materia, y su aparente rango de paso es afectado por factores externos como la gravedad y la velocidad. Di-s mismo existe fuera del factor tiempo. Di-s existe eternamente y esta por encima del tiempo, por eso es que el mismo no es un limitante de su sapiencia.

La misma verdad corresponde al espacio. Nuestros sabios nos enseñan: “ Di-s es el “lugar” del mundo; el mundo no es su lugar” (Bereshit Raba 68:10). Di-s no esta contenido en el espacio físico, así como no existe dentro del tiempo. El tiempo, el espacio y la materia son todas creaciones de Di-s, y de hecho son todas manifestaciones del mismo fenómeno. Nosotros que estamos limitados dentro del mundo que conocemos del tiempo – espacio. Somos incapaces de comprender verdaderamente a Di-s, tanto como somos incapaces de comprender que está mas allá del “final” del universo, o de lo que existió “antes” de que el mundo fuese creado.

Rabi Avraham ben David de Posquieres (conocido como el Ra'avad) del siglo 12 armó una colección de glosas basadas en el Mishne Torá de Maimonides. Allí sugiere otro enfoque. Él escribe que el conocimiento previo de Di-s sobre lo que va a suceder no decreta. Él compara esto con los astrólogos que predicen el futuro. A pesar de que los astrólogos pueden ser acertados, el hombre, con su libre albedrío puede superar la influencia de las estrellas, así como la influencia de amigos, familia y antecedentes. Di-s sabe estos factores influyentes y nuestras habilidades para superarlos. Incluso sabe las decisiones finales que tomaremos. Pero el no decreta; El solo sabe.

Nosotros preguntamos, cuestionamos todo los mandamientos divinos y todo lo que Él hace para con nosotros. ¿Siempre recibimos respuestas? ¿Somos capaces de comprenderlas?

Muchas veces no llegamos a comprender ciertas cuestiones que están fuera de nuestro alcance pero el hecho de preguntar nos acerca a nuestra búsqueda de la verdad. Puede ser problemática, puede estar llena de preguntas, pero es búsqueda al fin. Nuestra mente que alberga un alma, aquella que busca a su Creador. Y este alma, en su búsqueda de la verdad y de Di-s, en ultima instancia será dirigida a su objetivo.

El Templo de Jerusalem